Un espacio híbrido entre un taller de construcción colaborativa, un espacio de celebración y un paisaje sin residuos
En el pequeño pueblo de Ronda (Málaga, España) existe un antiguo monasterio con vistas al valle, convertido ahora en bodega. En este lugar tuvo lugar el UVA – Festival de Música y Artes Visuales durante el verano de 2017 y 2018, siendo uno de los parajes más impresionantes en los que hemos trabajado.
Construcción colaborativa
Cada vez que nos enfrentamos a un proyecto nuevo, buscamos todos aquellos factores que nos hagan extraer del proceso un valor pedagógico. Cada lugar es potencialmente un lugar compartido, cuando este es concebido, diseñado y construido desde la colaboración libre de los agentes involucrados en el trabajo.
Es por esto que, en el UVA Festival, el diseño y el montaje de los tres lugares comunes se convirtieron en un taller de intercambio y aprendizaje. Un festival de música transformado en una escuela: un taller ligado al diseño y la construcción de prototipos para jóvenes interesados en diseño, música, arquitectura, artes visuales, DIY, etc. En otras palabras, intentamos que el festival, a parte de ser un lugar de celebración y ocio, se convirtiese en un espacio de desarrollo máximo, donde poder aprender y enseñar cosas nuevas.
Paisaje sin residuos
Es cada vez más necesario proyectar actuaciones de diseño, construcción y arquitectura planificando cuál va a ser el residuo o la huella que estas intervenciones van a tener en el paisaje y el lugar, sean efímeras o permanentes.
Siempre pensamos en las segundas vidas que nuestras intervenciones tendrán. En ambas ediciones de UVA Festival, de las intervenciones que inicialmente se usaron como mobiliario para el festival se han distribuido como zonas de estancia en los centros educativos y culturales públicos del pueblo de Ronda.