Jugaad y otras cosas
Bajo el título «Urbanidades – arte y espacio público en Pakistán», el proyecto de colaboración entre el Goethe-Institut de Pakistán y la Fundación Bienal de Lahore apela a contribuciones e intervenciones discursivas y artísticas relacionadas con el complejo espacio urbano de Pakistán, recuperando el «derecho a la ciudad» de Henri Lefebvre para el debate crítico y contribuyendo a una trayectoria que desemboque en la Bienal de Lahore de 2017.
El colectivo hispano-alemán Zoohaus, cofundado por Zuloark, fue invitado a participar como parte de su práctica Inteligencias Colectivas. Pasamos 20 días en Karachi, Pakistán, descubriendo cerca de 60 objetos sorprendentes (término que utilizamos para referirnos a construcciones inteligentes no estandarizadas), conociendo a más de 200 personas, diseñando y construyendo una estructura urbana con técnicas locales en colaboración con Marvi Mazhar y su equipo e involucrando a una red humana de más de 30 personas; sin embargo, aún estábamos lejos de conocer Karachi en toda su complejidad.
Moviéndonos por Karachi con los ojos abiertos y lo más cerca posible de lo que ocurría a nuestro alrededor, percibimos desde el primer segundo el fuerte carácter manufacturero de la ciudad y la manera pakistaní de hacer las cosas «mejor hechas que perfectas», con soluciones de diseño inteligentes e inesperadas que resuelven problemas concretos y vienen determinadas por los materiales y las tecnologías disponibles en cada momento. El reciclaje es, así, un leitmotiv en Karachi. Como objetos, estas soluciones conforman la percepción y el uso del espacio público. Los sistemas de objetos urbanos y las infraestructuras de mantenimiento (basureros, reparto de mercancías, transporte) son de hecho las piedras angulares del comportamiento urbano en la ciudad. El urbanismo en Karachi está hecho a mano, construido por objetos y manufacturas.
Junto con la comunidad pakistaní y a través de una serie de talleres, co-diseñamos una construcción crítica centrada en técnicas arquitectónicas y urbanísticas que combinaban los conocimientos convencionales con las necesidades actuales. Muchos materiales -reutilizables, semi-industrializados, artesanales y manufacturados- se incorporaron a esta construcción personalizada. Karachi, la megaciudad creativa de los “makers”, unió para este proyecto a los gremios del charpoy, el arte del camión, la albañilería y la decoración de motocicletas para crear una instalación urbana lúdica llamada «Jugaad», en pleno centro de la ciudad. Aunque esta investigación y este proyecto estaban dirigidos principalmente a constructores aficionados, aspiran a algo mayor: fomentar y cultivar la ciencia ciudadana.
En el proceso de IC Pakistán destaca especialmente el compromiso de Sara-Duana Meyer y Stefan Winkler como iniciadoras y comisarias de «Urbanities». También es destacable la participación de iniciativas como Pakistan Chowk Community Centre, representada en este caso por Marvi Maazar, o Vasl Artists’ Association, creada y apoyada por Adeela Suleman y Naila Mahmood. También queremos expresar una inmensa gratitud a quienes nos mostraron la «verdadera» Karachi y sus calles: Ali Raza, Zoya Ahmed, Huma Tassawar, Shahana Rajani, Madeeha Syed, Basil Andrews y otras muchas.
Esta red amplió los límites de Inteligencias Colectivas y permitió el desarrollo de nuevos entornos de una forma más sostenible, creativa y consciente.