Autonomía y discapacidad en entornos rurales a través del urbanismo colaborativo
Aquí hay dragones (“Hic sunt dracones”) es la expresión que se utilizaba en la Edad Media para referirse a aquello desconocido que se encontraba más allá de los territorios explorados. En los mapas, las zonas desconocidas solían estar decoradas con serpientes marinas y otras criaturas mitológicas.
Aquí hay dragones es un proyecto que trabaja con personas con discapacidad para visibilizar, empoderar y favorecer la autonomía, capacidades e igualdad de estas personas. Una comunidad que, especialmente en periferias y zonas rurales, tiende a ser menos visible y a participar menos en la vida común.
El proyecto promueve un urbanismo más inclusivo, a través de las prácticas artísticas y colaborativas. Estas prácticas fomentan la creación de hábitos de trabajo, despiertan la capacidad de observación y generan cambios transformadores en las personas, ayudando a desarrollar la autoestima.
La primera edición tiene lugar en el otoño de 2019 en Santa Cruz de La Palma, específicamente en los barrios periféricos de La Dehesa, Las Nieves y Velhoco.
Aquí hay dragones fomenta conexiones entre diferentes colectivos para construir una red que permita experimentar otras formas de vivir y compartir los espacios públicos. Participan las artistas Clara Moreno y la palmera Raisa Maudit, en colaboración con Plena Inclusión Canarias y diversas asociaciones y centros ocupacionales, cuyos integrantes conocen profundamente la historia y el contexto local. También se trabaja con la asociación de vecinos, trabajadores municipales, botánicos, e incluso con el párroco del Real Santuario de Nuestra Señora de las Nieves.
A través de varios talleres, los participantes comparten experiencias y aprendizajes mediante paseos, talleres de urbanismo, diseño y construcción. Estas actividades trabajan con el entorno, la flora, la memoria y el patrimonio de lugares emblemáticos como el Real Santuario de las Nieves y el Barranco de las Nieves.
El proyecto culmina con una «romería» por el barranco, un recorrido en el que se activan distintos puntos del camino mediante la instalación de muebles diseñados y construidos por los participantes, las artistas y Zuloark.
Con la instalación de este mobiliario y el trabajo previo de recolección de plantas, dibujo, narración de historias, recopilación de intereses, memorias y música, el proyecto promueve la apropiación y resignificación del espacio público.
La «romería» invita a participar a familias y a toda la comunidad interesada, fomentando la reflexión colectiva sobre cómo mejorar nuestro entorno a través del aprendizaje, la colaboración y la construcción de redes inclusivas y sostenibles.